martes, 9 de agosto de 2011

Mala Ciencia



Estoy convencido de que el calentamiento global es una realidad y que su causa principal son las actividades humanas, particularmente la quema de combustibles fósiles y la transformación de los ecosistemas naturales. Además, estoy convencido de que el cambio climático tendrá efectos muy serios sobre la conservación de la biodiversidad, e impactos nocivos directos sobre la población humana en términos de alteraciones de los ciclos hídricos, acidificación oceánica, reducción en la productividad de cultivos, propagación de enfermedades, etc.. La razón por la que estoy convencido de todo esto es porque existe información científica sólida que lo sustenta. Pero claro, como en todo campo de investigación, también hay investigación científica sobre las causas y consecuencias del cambio climático que está mal hecha.

Idealmente, uno querría que los tomadores de decisiones sobre asuntos tan cruciales como el de las políticas públicas para mitigar el calentamiento global y sus impactos basaran esas decisiones en la información científica de los más altos estándares. En ese escenario ideal, entonces, uno esperaría que los tomadores de decisiones se remitieran a la literatura científica, a las revistas internacionales indexadas que publican los resultados de investigaciones de primera línea sobre el cambio climático. Por ejemplo, a Climatic Change, una revista internacional indexada, arbitrada, publicada por la prestigiosa casa Springer, con un factor de impacto relativamente alto de acuerdo al sistema de indexación ISI.

Por lo anterior, para mí fue difícil creer que Climatic Change hubiera publicado en 2009 un artículo que sugería que muchas zonas de Sur América, aún en áreas protegidas grandes, se estarían convirtiendo en "desiertos ornitológicos", que las aves se estarían acabando en buena parte del continente. Además, el autor (el investigador argentino Manuel Nores) aducía que por tratarse de un problema de escala casi continental, la desaparición de las aves probablemente obedecería a un fenómeno global, como el cambio climático. Mi incredulidad se debía a que el artículo era de una pobreza cientíica aterradora, lo que me motivó a escribir, junto con 12 colegas liderados por Phil Stouffer, un comentario con el objetivo de ilustrar los múltiples problemas que el artículo original presentaba. Nuestro comentario fue presentado a Climatic Change en enero de 2010, y tras muchos ires y venires (un proceso inexplicablemente extenso para un texto tan breve), fue aceptado y publicado electrónicamente en la revista hace unas pocas semanas. Para conocer algunas de las razones por las que pensamos que el artículo de Nores tiene problemas fundamentales que lo hacen esencialmente inútil (y potencialmente peligroso, ver abajo), los invito a leer el comentario acá y a que saquen sus conclusiones.

Hoy nos encontramos con que Climatic Change ha publicado una respuesta de Nores a nuestro comentario. Los argumentos son exactamente los mismos y están basados en información igualmente insuficiente y falta de rigor, por lo que comentar los detalles no merece la pena - la respuesta en nada cambia nuestro análisis inicial.

¿Y? Tal vez lo más preocupante de todo el proceso, que termina hoy con la nueva publicación de Nores (quien queda con la última palabra en la revista), es que ha quedado para siempre en la literatura científica un trabajo que podría desinformar a los tomadores de decisiones y reducir la credibilidad de la investigación científica sobre las consecuencias del cambio ambiental global, ambas cosas gravísimas. Cuando nosotros por fin recibimos comentarios sobre nuestro manuscrito, los editores dijeron que éste podría ser aceptable si retirábamos algunos apartes y le bajábamos el "tono". Bien, ya lo hicimos formalmente en la revista, pero ya que Climatic Change ha optado por darle cuatro páginas de espacio adicional a Nores para reiterar los mismos puntos pobremente documentados y porque creo que esto no es trivial, he decidido publicar acá lo que originalmente dijimos (en inglés). Ya que esto era el cierre de nuestro comentario, creo que funciona bien como final para esta entrada:

"... We are disturbed not just because the paper misrepresents the state of bird diversity in South American forests, but because it shows a colossal failure of the peer review system..."

"...We urge interdisciplinary journals like Climatic Change to insure the quality of the science they present by always using reviews by specialists in the relevant taxonomic and geographic area. Given that the stated goal of Climatic Change is ‘to provide a means of exchange among those working in different disciplines on problems related to climatic variations,’ meaningful exchange across disciplines hinges on confidence that published conclusions are based on acceptable rigor. We hope that the publication of a paper as fundamentally flawed as Nores (2009) represents an isolated breakdown that can be avoided by a more rigorous review process at Climatic Change. In the climate change literature, poor papers are not just an academic distraction; rather, they reduce the credibility of journals and scientists and distract the attention of policy makers in a debate that is too full of misinformation."

@cdanielcadena