Una de las explicaciones clásicas de la alta diversidad de los ecosistemas tropicales en comparación con la de ecosistemas de zonas templadas es que los organismos tropicales tienen nichos más estrechos (i.e. son más especializados), lo que permite "empaquetar" un mayor número de especies en un área particular. En las aves de las tierras bajas neotropicales, el grado de especialización en el nicho alcanza niveles impresionantes. Por ejemplo, varias especies insectívoras sólo consiguen su alimento en medio de hojas secas suspendidas en la vegetación, varias más lo hacen siguiendo ejércitos de hormigas y otras nunca se encuentran fuera de parches de plantas de bambú. Otro extremo de especialización son las aves que se encuentran restringidas a la vegetación que crece sobre tipos de suelo particulares, como las arenas blancas de los alrededores de Iquitos (Perú) que pude visitar hace algunos años (foto por Carlos García tomada en nuestro viaje) y donde gracias al trabajo de José Alvarez Alonso, Bret Whitney y otros investigadores se han descubierto varias especies de aves nuevas para la ciencia en años recientes.
En uno de los trabajos clásicos de la ornitología neotropical, Van Remsen y Ted Parker, dos de los pioneros en el estudio moderno de la historia natural y ecología de las aves amazónicas, demostraron que muchas especies de aves (el 15% de la avifauna no acuática) están restringidas a ambientes asociados con los ríos de la cuenca del Amazonas. Varias de esas especies llegan a un grado de especialización extremo, tal que se encuentran únicamente en las islas de origen aluvial que se forman a lo largo del Amazonas y sus tributarios. Algunos hallazgos recientes, el primero de los cuales ha sido noticia en los últimos días, indica que la especialización en ambientes de islas parece que no es única de las aves de la cuenca del Amazonas sino que también se extiende a la del Río Orinoco. La noticia a la que me refiero es la publicación en el número actual de la revista The Auk de la descripción de Synallaxis beverlyae, una nueva especie de ave de la familia Furnariidae descubierta en las islas del Orinoco (Venezuela) por Steve Hilty y David Ascanio. La especie se parece bastante a S. albescens en su plumaje, pero difiere marcadamente en el canto, el cual es más similar al de otras especies del género. Esta nueva especie, una más para el inventario del Neotrópico, parece estar restringida a la vegetación que crece sobre las playas de sedimento de las islas del Orinoco. La especie se ha encontrado desde la frontera con Colombia hasta la región del delta del Orinoco, lo que sugiere que tiene una distribución amplia en la cuenca a pesar de haber pasado desapercibida hasta ahora.
En mayo de 2007 tuve la oportunidad de conocer esta nueva especie de Synallaxis en el delta del Orinoco antes de que fuera descrita gracias a un viaje organizado por David Ascanio, coautor de la descripción original. El hábitat en que vimos la especie (ver foto de David en la isla tomada por Diego Calderón, con quien viajamos por Venezuela en esa ocasión) en las islas del Orinoco inmediatamente me recordó el hábitat de las islas del Río Meta (departamentos de Meta y Casanare, Colombia) que conozco hace más de 20 años. Especialmente, las islas se me parecieron mucho a las que uno encuentra sobre el Meta arriba de la boca del Río Yucao y en el tramo entre las bocas del Manacacías y el Cusiana. En diciembre de 2008 pasé un par de horas buscando aves en una de estas islas, unos kilómetros arriba de la población de San Miguel. Aunque no encontré el Synallaxis (hacía calor, mucha brisa y había que ir a pescar!), sí pude ver una pareja de Serpophaga hypoleuca, otra especie típica de ríos de tierras bajas al oriente de los Andes que permanece poco conocida, que fue documentada sólo recientemente para Colombia en el departamento de Arauca y que se encontraba también en las islas del Orinoco que visitamos en 2007. Hay que volver a esas islas del Meta.
La presencia de Synallaxis beverlyae en islas del Orinoco del estado venezolano de Amazonas, donde el río es el límite con el departamento colombiano de Vichada, sugiere que es casi seguro que la especie se encuentra también en Colombia y no sería raro que ya existan ejemplares en colecciones incorrectamente identificados como S. albescens. Falta por ver si la especie se encuentra también a lo largo del Río Meta y qué tanto se adentra a lo largo de este río en el país. Más aún, el hallazgo de Hilty y Ascanio sugiere que los llanos colombianos, una región que se supone es muy bien conocida ornitológicamente, podría todavía producir más descubrimientos sorprendentes como este.