sábado, 29 de enero de 2011
Ornitología Colombiana No. 10
Acabamos de publicar el nuevo número de Ornitología Colombiana - completamos ya 10! Esta vez creo que no habrá polémica, pero los invito a ver los artículos, notas cortas, reseña de libro y resúmenes de tesis en la página web. Este número cierra un primer ciclo para la revista; esperen cambios (incluyendo una diagramación más atractiva) a partir del número siguiente.
¿Nueva Especie de Periquito Colombiana? No.
Esta semana llegó a mis manos (gracias a Loreta Rosselli) un artículo que describe una nueva especie de periquito de Colombia. Hace 20 años, uno de los autores conversó con un traficante de aves de Melgar (Tolima), quien mencionó la existencia de un perico de cuello amarillo. En enero de 2010, haciendo trabajo de campo en internet, los autores encontraron una fotografía que aparentemente confirmaba que, efectivamente, existía una especie de periquito con cuello amarillo, que había pasado desapercibida para los científicos.
Con base únicamente en esta foto de animales en cautiverio, que apareció en la página web de un centro de atención y valoración de fauna silvestre de Ibagué, los autores se aventuraron a nombrar una nueva especie: Forpus flavicollis. Debido a que la foto es la única fuente de información para apoyar este aparente descubrimiento, los autores sugirieron que las aves seguramente provenían de un lugar inaccesible, aún no visitado por ornitólogos. Además, se atrevieron a especular que como la foto fue tomada en Ibagué, sería razonable suponer que las aves venían del Quindío. Tal vez nadie les explicó que Ibagué queda en Tolima y no en Quindío (lo que seguramente les habría permitido conectar el hallazgo de esta foto con lo que les dijo el traficante melgareño), pero, por supuesto, este error geográfico no es el único problema que presenta el artículo.
El primer error grave es de forma, y es que el artículo no designó un espécimen tipo como lo requiere el Código Internacional de Nomenclatura Zoológica, de manera que técnicamente la descripción de F. flavicollis es inválida. El segundo error es de fondo: estas aves no representan ninguna especie nueva! Simplemente son cascabelitos (Forpus conspicillatus) a los cuales les han pintado o decolorado el plumaje para hacerlos parecer como algo diferente, una práctica común entre los traficantes de fauna. El cascabelito es una de las especies de loros más comunes de Colombia, es abundante en la región de donde proviene la foto y, además, incluso como lo reconocen los autores, en la foto es claro que además de los individuos de cuello amarillo hay al menos uno que indudablemente es un cascabelito al que no se le ha adulterado el plumaje.
Alguna vez escuché la anécdota de que al gran Mono Hernández en una ocasión le sucedió lo mismo, que pensó haber encontrado una nueva especie de loro colombiana con plumaje característico. Sin embargo, si recuerdo bien, el Mono fue lo suficientemente cuidadoso como para esperar a que las aves mudaran y recuperaran su plumaje normal, por lo cual la supuesta nueva especie nunca fue descrita (si alguien conoce bien la historia, cualquier comentario es bienvenido). Lo que sí se es que en el libro de loros de colombia del Mono y José Vicente Rodríguez, ellos mencionan que alterar el plumaje de los loros es una actividad muy difundida entre los traficantes de estos animales. Tal vez los autores de la descripción de "F. flavicollis" no tuvieron acceso a este libro...
Así que no, no tenemos una nueva especie de periquito colombiana sino simplemente un ejemplo de mala ciencia en relación con la taxonomía de las aves colombianas (ver también esta discusión, sobre otra supuesta nueva especie). El artículo es corto así que por pura curiosidad vale la pena leerlo, pero para los interesados en conocer de cerca una historia sobre el descubrimiento de un nuevo Psittacidae bien sustentada, recomiendo mucho más la descripción de Nanopsittaca dachillae, contada magistralmente por Don Stap en A Parrot Without a Name.
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Bertagnolio, P., and L. Racheli. 2010. A new parrotlet from Colombia, Forpus flavicollis. The Avicultural Magazine 116:129-133.
Con base únicamente en esta foto de animales en cautiverio, que apareció en la página web de un centro de atención y valoración de fauna silvestre de Ibagué, los autores se aventuraron a nombrar una nueva especie: Forpus flavicollis. Debido a que la foto es la única fuente de información para apoyar este aparente descubrimiento, los autores sugirieron que las aves seguramente provenían de un lugar inaccesible, aún no visitado por ornitólogos. Además, se atrevieron a especular que como la foto fue tomada en Ibagué, sería razonable suponer que las aves venían del Quindío. Tal vez nadie les explicó que Ibagué queda en Tolima y no en Quindío (lo que seguramente les habría permitido conectar el hallazgo de esta foto con lo que les dijo el traficante melgareño), pero, por supuesto, este error geográfico no es el único problema que presenta el artículo.
El primer error grave es de forma, y es que el artículo no designó un espécimen tipo como lo requiere el Código Internacional de Nomenclatura Zoológica, de manera que técnicamente la descripción de F. flavicollis es inválida. El segundo error es de fondo: estas aves no representan ninguna especie nueva! Simplemente son cascabelitos (Forpus conspicillatus) a los cuales les han pintado o decolorado el plumaje para hacerlos parecer como algo diferente, una práctica común entre los traficantes de fauna. El cascabelito es una de las especies de loros más comunes de Colombia, es abundante en la región de donde proviene la foto y, además, incluso como lo reconocen los autores, en la foto es claro que además de los individuos de cuello amarillo hay al menos uno que indudablemente es un cascabelito al que no se le ha adulterado el plumaje.
Alguna vez escuché la anécdota de que al gran Mono Hernández en una ocasión le sucedió lo mismo, que pensó haber encontrado una nueva especie de loro colombiana con plumaje característico. Sin embargo, si recuerdo bien, el Mono fue lo suficientemente cuidadoso como para esperar a que las aves mudaran y recuperaran su plumaje normal, por lo cual la supuesta nueva especie nunca fue descrita (si alguien conoce bien la historia, cualquier comentario es bienvenido). Lo que sí se es que en el libro de loros de colombia del Mono y José Vicente Rodríguez, ellos mencionan que alterar el plumaje de los loros es una actividad muy difundida entre los traficantes de estos animales. Tal vez los autores de la descripción de "F. flavicollis" no tuvieron acceso a este libro...
Así que no, no tenemos una nueva especie de periquito colombiana sino simplemente un ejemplo de mala ciencia en relación con la taxonomía de las aves colombianas (ver también esta discusión, sobre otra supuesta nueva especie). El artículo es corto así que por pura curiosidad vale la pena leerlo, pero para los interesados en conocer de cerca una historia sobre el descubrimiento de un nuevo Psittacidae bien sustentada, recomiendo mucho más la descripción de Nanopsittaca dachillae, contada magistralmente por Don Stap en A Parrot Without a Name.
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Bertagnolio, P., and L. Racheli. 2010. A new parrotlet from Colombia, Forpus flavicollis. The Avicultural Magazine 116:129-133.
martes, 25 de enero de 2011
El Ecólogo Molecular
Quizás algunos de los seguidores de este blog ya notaron que hemos hecho referencia a un nuevo blog (a la derecha) en nuestra lista de blogs interesantes y relacionados con Evolución y BioDiversidad. Les recomiendo mucho este nuevo blog, the molecular ecologist. La verdad he disfrutado bastante todos los posts y estoy seguro que ustedes también lo disfrutarán!
miércoles, 19 de enero de 2011
miércoles, 12 de enero de 2011
Sin palabras...
Ayer había pensado reactivar el blog, que lleva tanto tiempo quieto, escribiendo algo sobre el curso sobre genómica comparativa que estoy tomando en la República Checa.
Pero la horrible noticia de ayer me ha dejado paralizado... Para no abandonar la idea de que el blog despierte, y aunque algo así no tendría por qué aparecer en una página como esta, por ahora acá hay un par de fotos para recordar buenos momentos con Margarita (en la Sierra Nevada de Santa Marta en 2008) y Mateo (muy recientemente, en el Parque Nacional Tatamá en octubre pasado). Hagan click para agrandarlas.
No se ni qué decir. Qué tristeza y, aunque a veces se nos olvida, qué país más difícil en el que vivimos...
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