Aunque ya no deberían sorprendernos las cosas que publica el periódico El Tiempo en su sección de opinión, acabo de leer con asombro una columna publicada este fin de semana. El autor es el Sr. Eduardo Behrentz, quien es (¿o era?) profesor de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de los Andes, pero firma como "investigador y consultor". Behrentz plantea el falso dilema de si los investigadores debemos propender por "mejorar posiciones en 'rankings' académicos internacionales o contribuir al mejoramiento de la calidad de vida de nuestros compatriotas". El argumento es que en el afán por ajustarse a los estándares internacionales de evaluación, los investigadores de los centros académicos que buscan posicionarse a nivel internacional estarían dejando de lado el quehacer científico que verdaderamente contribuiría al desarrollo de Colombia por dedicarse al estudio de temas de vanguardia y no a los que serían más necesarios. El autor sustenta su tesis en el hecho de que los investigadores nacionales (y las instituciones que los evalúan) estarían enfocados en revistas arbitradas e incluidas en servicios internacionales de indexación, como ISI, y aduce que estas revistas sólo se dedican a temas que "representan el estado del arte en las diferentes áreas del conocimiento" y no a los temas que serían de mayor interés para las necesidades del país.
Cuando empecé a leer, pensé que el argumento de Behrentz iba por la línea de la distinción entre investigación básica e investigación aplicada, pero aparentemente no. La tesis del autor de la columna parece ser, más bien, que los temas de investigación que más deberían ocuparnos en términos de prioridad y necesidad en Colombia están desconectados de lo que sucede en la literatura científica. Eso parece fácilmente debatible, y el ejemplo de Behrentz lo deja a uno especialmente perplejo: "mientras Bogotá no logra mantener sus principales avenidas libres de huecos, la literatura científica se ocupa de temas como la estructura genética de los seres vivos". La verdad es que no estoy siguiendo día a día la literatura técnica de la física y la ingeniería, pero estoy seguro que el foco de ésta no es la genética. Sin duda, hay revistas indexadas que publican volúmenes enormes de investigación básica y aplicada que sería aplicable a resolver problemas como el de los huecos en nuestras avenidas. Y lo mismo sucede en otras disciplinas: la literatura científica arbitrada está llena de investigación aplicada y aplicable, y cualquiera que haga investigación de alto nivel y rigurosidad sobre temas cruciales para el país podría publicarla en una revista internacional indexada. Tal vez Behrentz exageraba a propósito...
Luego viene el argumento de que, en relación con la emergencia invernal, tema crucial del momento, los científicos nacionales no parecen contar "con la capacidad de entender las causas ni la forma de disminuir nuestra vulnerabilidad para futuros eventos similares". Pregunto: ¿cómo podríamos adquirir esa capacidad si no es a través de la investigación rigurosa de alto nivel? Además, aduce Behrentz, los científicos nacionales han quedado en deuda, pues nadie ha salido a corregir el supuesto error de aseverar que el cambio climático es uno de los grandes responsables de la emergencia, argumentando "que simplemente no existe una herramienta analítica que permita vincular al calentamiento global un evento meteorológico específico tal como el responsable del fenómeno de la Niña y el incremento de las precipitaciones en el territorio colombiano". OK, tal vez esa herramienta no exista, pero entonces todos los científicos que están investigando y publicando en revistas de variados perfiles sobre las causas y consecuencias del cambio ambiental global están perdiendo su tiempo? ¿Dónde vamos a encontrar las respuestas a las preguntas fundamentales relevantes para resolver nuestros problemas si no es en la investigación científica de frontera? ¿Y cómo vamos a estar seguros de la calidad y rigurosidad de la información científica en la que basaríamos nuestras decisiones sobre políticas públicas si no es a través de las publicaciones arbitradas y reconocidas internacionalmente?
Francamente, no entendí. O sí, y todo me suena a excusa para no publicar, para no jugar el juego, como dicen algunos colegas. Pienso que lo que necesitamos como país es un cuerpo sólido de investigación básica y aplicada, que se publique en las mejores revistas internacionales, y que la comunidad científica pueda explicarles a quienes diseñan políticas públicas la importancia de tener en cuenta la mejor información científica a la hora de tomar decisiones de importancia para Colombia. Todavía no tenemos lo primero, falta esa masa crítica, y muy difícilmente podremos alcanzar los segundo si le hacemos el quite a internacionalizarnos en términos de la calidad de la investigación que hacemos, si no jugamos el juego de producir investigación científica de punta. Si no nos internacionalizamos y no producimos nuestra propia ciencia de frontera, verdaderamente estaremos condenados al subdesarrollo. ¿"Mejorar posiciones en 'rankings' académicos internacionales o contribuir al mejoramiento de la calidad de vida de nuestros compatriotas"? Las dos cosas.
1 comentario:
Este artículo es bastante debatible en muchos sentidos, pero también me parece un poco cándido, porque independiente del tipo o los temas de investigación que se estudien, no hay garantías que esta información vaya a ser utilizada para la toma de decisiones, o que vaya a ser incorporada en políticas públicas, pero bueno esta es otra discusión. El problema también radica en la falta de educación de buena parte de la población del país, y del desconocimiento de procesos biológicos básicos. Por ejemplo, el desconocimiento de que la pérdida de biodiversidad no sólo es un tema bonito que apasiona a los científicos, es un tema prioritario también para la sociedad, ya que la pérdida de biodiversidad también afecta numerosos procesos ecológicos y la generación de servicios ecosistémicos de los cuales dependemos todos. Pero este vínculo no es claro para muchas personas, y aparentemente tampoco para otros investigadores como Behrentz. Internacionalmente, sin embargo, este vínculo es bastante claro y es por eso que hoy día, el estudio sobre cómo la pérdida de la biodiversidad afecta la provisión de servicios ecosistémicos es un tema de vanguardia en las revistas ISI, sólo para citar un ejemplo donde realizar investigación de vanguardia no excluye la posibilidad de generar información para mejorar la calidad de vida de los compatriotas. Por el contrario, va en esa dirección y vale la pena resaltar que es a través de esas publicaciones y de involucrarse en los “rankings” internacionales, que es posible obtener recursos financieros para promover la investigación, recursos que son bastante escasos en el país y con los cuales no se podría conducir ningún tipo de estudio.
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