Estoy por terminar de leer Why Evolution is True, el nuevo libro de Jerry Coyne; es una defensa brillante de la teoría de la evolución que debería convencer a cualquiera (excepto a los que simplemente no quieren creer lo evidente; ver este comentario sobre el libro por Massimo Pigliucci) de la evidencia monumental que apoya los postulados fundamentales de la gran idea de Darwin. Uno de los argumentos centrales de Coyne es que la teoría de evolución por selección natural hace unas predicciones muy específicas acerca de patrones que deberían existir en la naturaleza, por lo que eventualmente podría ser falseada. El poder de la teoría radica en que a pesar de ser falseable, evidencias de todo tipo terminan por apoyarla cuando sus predicciones resultan ser confirmadas. Uno de los puntos abordados en el libro que me pareció más convincente tiene que ver con las predicciones que hace la teoría en cuanto al registro fósil. Por ejemplo, dada la brecha existente hasta hace pocos años en el registro fósil del Devónico entre fósiles de peces enteramente acuáticos como Eusthenopteron y tetrápodos al menos parcialmente terrestres como Ichthyostega, la teoría predecía que si los tetrápodos evolucionaron a partir de peces de aletas lobuladas, debería haber fósiles de formas transicionales que dataran del período específico de tiempo que separa la aparición de los dos extremos. Por esto, aunque es un hallazgo espectacular, la existencia de Tiktaalik no es inesperada. Es una predicción más del gradualismo de Darwin que se cumple a cabalidad (ver video sobre el proceso de colonización de la tierra por los tetrápodos y este nuevo artículo de revisión por Jenny Clack).
Otro de mis ejemplos favoritos del valor predictivo de la teoría de la evolución es la aparición de organismos fósiles con plumas en el grupo de los dinosaurios terópodos, precisamente el linaje de reptiles que varios investigadores habían sugerido (con base en evidencia independiente) era el pariente más cercano de las aves. A propósito, esta semana volví a leer este ensayo de Richard Prum, no sólo interesante por la evidencia sino divertido por la agudeza de su crítica ante "hipótesis" distintas. Los fósiles de dinosaurios terópodos con plumas que podrían ser funcionalmente útiles para proveer aislamiento térmico, para hacer despliegues de cortejo y hasta para volar son ya muchos, pero el descubrimiento de Tianyulong, un heterodontosaurio (un dinosaurio del grupo de los Ornithischia, las aves están en el clado de los Saurischia) con estructuras superficilamente similares a plumas encontrado en las ya famosas formaciones de Liaoning (China) y publicado esta semana en Nature es algo totalmente inesperado! Como lo dice un comentario en la misma revista, falta por ver si estas estructuras son verdaderamente extensiones del integumento formadas hacia afuera como las plumas, pero de todas formas el escenario evolutivo que plantea este nuevo fósil es intrigante: quizás el carácter ancestral de los dinosaurios era ser "fuzzy"! Va a ser interesante ver qué dirección toma el estudio de la evolución de las plumas a partir de esto...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario