Hace ya varios días se terminó Evolution 2010, el congreso conjunto de tres importantes sociedades científicas: Society for the Study of Evolution, Society of Systematic Biologists y American Society of Naturalists. Aunque hace años había querido hacerlo, esta fue la primera vez que participé en este congreso y bien valió la pena; definitivamente creo que seguiré asistiendo.
El congreso, como lo había anticipado, fue enorme y no era muy fácil hacer contactos y conocer gente. Fue más bien la oportunidad de ver una gran cantidad de charlas (y bueno, de perderse 11 por cada una que uno lograba ver!) y aprender bastante. Dicen que en el congreso de hace un año un tema dominante fue el del uso de aplicaciones de modelamiento de nicho a preguntas evolutivas; este año, definitivamente, el tema más caliente fue la aplicación de nuevas técnicas de secuenciación y de enfoques genómicos (o transcriptómicos) para abordar toda clase de preguntas evolutivas. Hace unos meses escribí acá que, en un tiempo, buena parte de lo que se ha venido haciendo con datos basados en secuencias de uno o pocos genes para abordar preguntas evolutivas estaría obsoleto y parece que ese tiempo va cumpliéndose rápidamente. Por eso, volví con muchas ideas y ganas de aprender para ir empezando a reinventar un poco lo que hacemos.
Hubo conferencias muy buenas y variadas; de las no magistrales (pero sí parte de simposios) las que más disfruté fueron las de Amy Angert (con mis amigos John Paul y Seema Sheth como coautores) sobre la divergencia fenotípica en los márgenes de las distribuciones geográficas de plantas del género Mimulus y la de Renée Duckworth sobre todo lo que a uno se le podría occurrir en relación con la evolución de estrategias de colonización en una especie de ave. Ambas presentaciones mostraron una cantidad enorme de datos generados para contestar varias preguntas claves en ecología evolutiva, muy impresionantes.
Las charlas magistrales fueron dictadas por los presidentes de cada una de las sociedades. Primero, Jonathan Losos, presidente de ASN, habló del uso y el abuso de las filogenias en la biología comparada, enfatizando cómo muchos enfoques filogenéticos pueden ser poco útiles y en algunos casos contraproducentes para tratar de resolver preguntas evolutivas. En particular, criticó el uso de filogenias moleculares para reconstruir estados de caracteres ancestrales (cosa que él hizo muchas veces en el pasado) y para estimar tasas de especiación y extinción sin datos del registro fósil, insistió sobre la importancia de no suponer que las especies cercanamente emparentadas son ecológicamente similares e hizo bastante énfasis en el hecho de que la filogenia no es más que un patrón, abogando por la abolición del término restricción filogenética (i.e. phylogenetic constraint). La verdad, al margen de que todo lo que dijo parecía sensato, me pareció un poquito superficial y el mensaje fue algo obvio: para usar filogenias en estudios evolutivos, hay que usarlas bien - quizás la charla hubiera sido más novedosa y efectiva en un congreso de ecología. Al día siguiente habló John Huelsenbeck, presidente de SSB. La verdad no entendí muchos de los detalles sobre su exposición del uso de modelos en sistemática filogenética, pero sí me pareció interesante su argumento que desde un punto de vista de selección de modelos, el método de parsimonia es quizás el menos parsimonioso de los que existen para reconstruir filogenias, ya que a diferencia de los modelos de evolución molecular, la parsimonia tiene una cantidad enorme de parámetros. Finalmente habló Allen Orr, presidente de SSE. Orr sugirió que el estudio del origen de las nuevas especies parece no haber generado ideas radicalmente nuevas en los últimos tiempos a diferencia de lo que sucedió hace unas décadas y fue más allá para sugerir que una diferencia importante entre la física y la biología evolutiva es que en la primera se avanza generando ideas radicales nuevas que rápidamente son refutadas y reemplazadas por otras ideas, en la biología evolutiva el status quo parece prevalecer. Orr también se atrevió a proponer la hipótesis de que en los casos en que los mecanismos de aislamiento entre las especies operan antes de la cópula, es probable que la fuerza predominante en la especiación sea la selección natural, pero que en casos en que las incompatibilidades entre especies son post-cópula, procesos como la deriva meiótica serían los responsables del origen del aislamiento reproductivo.
Al margen de todo lo anterior, lo que más me impresionó del congreso fue la gran participación de biólogos evolutivos colombianos. Aunque la creación de la red ColEvol hace unos años y los dos eventos que esta red ha organizado gracias al trabajo de Margarita Ramos y Cristina López, entre otros, demostraron hace un tiempo que la biología evolutiva colombiana está en un nivel bastante alto y cada vez mejor, lo que vi en el congreso me impresionó muy positivamente. Primero, la cantidad de participantes colombianos fue muy grande y sin duda bastante mayor que la de cualquier otro país latinoamericano. Además, la calidad de las presentaciones y diversidad de temas que abordaron los investigadores nacionales basados en Colombia y en el exterior fue sobresaliente. Creo que hace unos pocos años, nadie se hubiera imaginado que en una reunión como esta habría colombianos presentando sobre temas tan diversos como sistemática de corales, dieta y toxicidad de ranas venenosas, evolución de la variación individual en estrategias de comunicación, evolución fenotípica en una familia de aves, especiación ecológica en un gradiente de elevación, origen y evolución de una variedad invasora de arroz, filogeografía comparada de aves basada en modelos coalescentes, reconstrucción de árboles de especies basados en secuencias de varios loci, demografía experimental de insectos herbívoros al recibir nuevas dietas, modelos coalescentes de inversiones cromosómicas, evolución de incompatibilidades híbridas en Drosophila, evolución de patrones de color en ranas, evolución de la socialidad e hipercarnivoría en cánidos, barreras al flujo genético entre especies de girasoles, expresión de genes candidatos involucrados con el color en mariposas, evolución y variación geográfica en señales químicas en abejas, evidencia genética de especiación por hibridación en mariposas, el efecto de las tasas de diversificación sobre el patrón espacial de diversidad de aves suramericanas, restricciones del desarrollo y su efecto sobre la evolución de la alometría en polillas, evolución de historias de vida y de la forma del cuerpo en peces, adaptación acústica en ranas, diversidad genética en poblaciones sexuales y asexuales de caracoles, y seguro algunos más que se me pasan (recibo adiciones). No se, pero parece que vamos bien!
1 comentario:
Que espectacular! Mis felicitaciones a todos los investigadores colombianos! Un abrazo desde Venezuela!
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