sábado, 5 de marzo de 2011

Más (tal vez lo último) sobre la Grallaria

La revista Science publicó esta semana una nota periodística en relación con el escándalo sobre la nueva especie de Grallaria descubierta por Diego Carantón y descrita por primera vez por la Fundación Proaves en un artículo en el que Diego no apareció como coautor. La nota de Science es bastante escueta, más un artículo noticioso que de opinión, pero tiene una declaración muy reveladora del saliente director ejecutivo de Proaves, quien afirmó que ellos necesitaban poder nombrar la especie para conseguir dinero...

Hoy me entero de que Proaves acaba de publicar un editorial en su revista en el que defiende su actuación en la historia. Además, responden a varios de los puntos que Gary Stiles y yo abordamos en nuestro editorial en Ornitología Colombiana, y hacen contra mí varias acusaciones adicionales.

Creo que el desgaste ya ha sido suficiente y es momento de pasar la página con todo esto, por lo cual no voy a responder específicamente a apartes en los que Proaves cuestiona mi profesionalismo y mi honra. Por lo mismo, tampoco voy a contestar la insultante carta que George Fenwick (presidente de American Bird Conservancy -ABC- y homenajeado con el nombre de Grallaria fenwickorum) remitió al editor de Birding Magazine en respuesta a una carta que yo había mandado anteriormente en la que clamaba por una aclaración pública de parte de Proaves y quienes los apoyan, incluyendo a ABC. Ya tenemos las respuestas y dejemos que la gente decida qué posición toma.

Un detalle que sí quiero aclarar, que aparece tanto en la carta de Fenwick a Birding como en el editorial más reciente de Proaves, tiene que ver con la relación que hubo entre el rompimiento de las negociaciones para la publicación de la nueva especie y el nombre con el que se bautizaría. La razón por la que yo me aparté del proceso, como lo expliqué en el editorial del año pasado, fue que me enteré que gente de Proaves estaba distorsionando mi participación en la discusión ante al menos un miembro de su consejo internacional. Yo no quería apropiarme de ningún descubrimiento, ni desconocer el trabajo de Proaves; quería que quienes merecían crédito lo recibieran y quienes merecían autoría pudieran participar de todo lo que involucra escribir y publicar un artículo científico. Pero ante la deshonestidad reinante en la discusión, me aparté y supuse que eso dejaría el camino libre para que entre Proaves y Diego Carantón llegaran a un acuerdo. Sólo después de haber renunciado a participar fue que le dije a Diego que, al final, yo no quería participar de un homenaje a Fenwick, por razones ya explicadas. Con todo esto, a lo que voy es a que el rompimiento de mi participación en el proceso no fue por el nombre, como se ha aducido. Y el de Diego mucho menos. El mío fue porque me cansé de lidiar con oídos sordos y deshonestidad. El de Diego, como ya se explicó también, se debió a que Proaves le hizo una propuesta inaceptable, que implicaba que él no tendría control sobre el manuscrito producido con base en su descubrimiento. He pensado si debería empezar a divulgar los correos que intercambié con Proaves en todo ese tiempo, empezar una suerte de wikileaks para que la gente conozca mejor el orden cronológico, el tono y la dirección de todas las discusiones en que participé. Eso aclararía muchas de las cosas que parecen confusas desde afuera, pero sería echar leña al fuego y hoy pienso que es mejor pasar la página.

Sin embargo, comento sobre otro asunto: yo no he acusado a Proaves de hacer actividades sin los debidos permisos. Pregunté retóricamente si tendrían permiso, pero no afirmé nada. Así como ahora pregunto ¿dónde está el espécimen de la nueva especie de búho que ellos coleccionaron? Parte del proceso responsable de colección científica incluye depositar los ejemplares en un museo de historia natural donde puedan ser cuidados adecuadamente para que puedan estudiarse a lo largo de los años. No soy quién para exigir respuestas, por eso sólo lanzo la pregunta al aire. Y lo hago porque me parece muy curioso cómo Proaves a lo largo del proceso parece cambiar de posición sobre asuntos fundamentales, como su política en cuanto a la colección de especímenes. En un momento dado, ellos no tenían problema con publicar la descripción con Diego como coautor. Eso implicaba que, que la colección de ejemplares hubiera sucedido (i.e. coleccionar vs. no coleccionar) y que no estuviera cobijada por un permiso (i.e. coleccionar con permiso vs. coleccionar sin permiso) no eran problemas de fondo que impidieran acuerdos, pero más tarde la emprendieron en público contra Diego con acusaciones muy fuertes basadas en esos dos asuntos. Ahora Proaves dice en su nuevo editorial que no se opone a la colección científica y que la colección del búho en cuestión fue hecha legalmente; fantástico, pero para completar el proceso de coleccionar especímenes legalmente es necesario entregarlos debidamente preservados a una colección científica registrada ante las autoridades ambientales. No estoy implicando que no lo hayan hecho, ojalá sí. Estoy implicando que si uno va a esgrimir una posición anti- o pro- colecta, sea por razones éticas, de conservación o de ley, debe ser consecuente con esa posición.

Finalmente, quiero comentar sobre por qué yo he sido un "activista" en esta telenovela en la que ahora me tildan hasta de instigador de un boicot... Con franqueza, yo no necesitaba inteferir, como Proaves lo describe, por ningún interés personal; simplemente, mi actuación ha reflejado que creo que a los jóvenes biólogos que excluyeron de la publicación de la nueva especie (por las razones que sea, haya Diego violado su contrato y la ley o no) les hicieron un gran daño y esta injusticia no era necesaria. Que la gente dentro y fuera del país conociera el otro lado de la historia era importante, especialmente por la manera en que Proaves presentó la historia de Diego en su editorial original en Conservación Colombiana. Ése era mi interés.

Contrario a lo que por ahí afirman, yo no estoy haciendo lobby para que el nombre Grallaria urraoensis se establezca. Bueno, Diego y Katherine Certuche han dictado charlas (en una de las cuales yo fui coautor) en las que, naturalmente, por cómo se desarrolló la historia, emplearon el nombre que ellos le pusieron a la nueva especie y no el de quienes les salieron adelante con la publicación. Para resarcir el daño hecho a Diego y Katherine, a mi me me encantaría que urraoensis se impusiera sobre fenwickorum (una cosa es el código de nomenclatura, otra los aspectos éticos y el rigor científico de las descripciones). Pero si lo que prima son las normas de prioridad y éstas dictan que el nombre será el de Proaves, bien, se aceptará con el tiempo (ej. el SACC lleva meses esperando que alguien presente una propuesta para considerar el reconocimiento de la nueva especie y nadie lo ha hecho, contrario a lo que se ha afirmado).

Al final, sigo pensando que a Diego le atropellaron sus derechos morales en relación con su descubrimiento de una forma que a mi me parece éticamente deplorable. Para Proaves, esto no es cierto pues nunca dejaron de mencionar que él fue el descubridor, aunque lo hicieron en un texto pobremente escrito en el que menoscabaron su buen nombre de manera ostensible. Para unos, la ética es la ley. Para otros, como yo, es más que eso. E incluye el deber de denunciar.

11 comentarios:

Irma Franke dijo...

Solo deseo felicitar a Ud. y a los demás involucrados por la valentía con que enfrentaron este caso. Aún si quedaron con sabor amargo, creo que es importante que salga a la luz el comportamiento de personas "importantes" de varias grandes organizaciones de conservación. Es realmente increíble la falta de ética con la que son capaces de actuar, siempre encontrando quienes justifiquen lo injustificable. Es también increíble la falta de rigor científico, análisis o exactitud que contienen muchas de sus publicaciones, ampliamente consideradas muy valiosas y usadas con fuente fidedigna de consulta. Sólo quienes han trabajado con ellos y han visto de cerca este tipo de actitudes conocen de su existencia. Es increíble las presiones a las que son sometidos muchos científicos que colaboran con ellos. Muy pocos casos salen a la luz, lo que permite que simplemente dejen de lado e ignoren a quienes no aceptan sus condiciones. Ellos continúan con su buen nombre de "benefactores de la naturaleza y el mundo".

cdc dijo...

Muchas gracias, Dra. Irma!

Anónimo dijo...

Creo que lo más absurdo de toda la historia es el fin. Según ProAves ahora tienen que pagar una multa por 20 millones de pesos. Es absurdo porque, de ser cierta, es una medida que no favorece a ninguna de las dos partes y deja ver como la incapacidad para llegar a un acuerdo sólo termina afectando negativamente la situación científica. Son fondos de que deberían tener un fin mucho mas sensato. ¿Cómo no previó ProAves que algo así podría pasar después de esa editorial tan desprestigiante?

Aunque es verdad que hubo violación de algunas reglas con respecto a la colecta es innegable que la mayoría de estas leyes parecen diseñadas exclusivamente para entorpecer el avance científico. Lo más inaceptable es que la misma "comunidad científica" (ProAves) haya considerado más sensato ser legales y perder 20 millones, que haber sido éticos y haber llegado a un acuerdo interno justo con el descubridor. Esa distorsión peligrosa de lo legal y lo ético hasta parece estupidez.

Anónimo dijo...

Todo se cae por su propio peso, y en algún momento las personas y/o instituciones que han tenido problemas con ProAves se cansarán y empezarán a denunciar los malos procedimientos.

De nada les sirve tener más de 10 reservas, mil donantes, cuando el mismo personal no es tratado con respeto (sueldos dignos, etc), y academicamente no tienen ningún aliado diferente a ellos mismos.Fue una buena institución en sus inicios, pero ahora es solo un negocio para llevar turistas a las reservas.

Anónimo dijo...

No lo habia contemplado pero tiene razon, la flaqueza de todo el argumento de ProAves es que dado que los especimenes fueron colectados ilegalmente, ellos no deberion aceptar hacer parte de la publicacion desde el inicio.

Anónimo dijo...

Los únicos oportunistas que han tratado de maquillar todo el escándalo para salir bien son los del trío ECOTOUR$-PROAVE$-ABC. ¿Se tomaron casi un año para responder? Imagino sus abogados haciendo lobby ante una débil entidad local como lo es CorpoUrabá, para que sancionara de esta forma, y salir como víctimas en vez de victimarios. Y desde luego, para gritar con bombos y platillos que fue el gobierno colombiano. Que malos mentirosos son los abogados británicos.

Habla muy mal de ellos la actitud de gran corporación han asumido (nada tienen que envidiarle a pulpos como la Chiquita Fruit Company, a BP o a Walmart en su accionar empresarial). Por ejemplo, a fin de mantener su rédito económico por el nombre de esa especie e inflar su propaganda no les importó pisotear la ética y enlodar la carrera naciente de jóvenes investigadores colombianos.

Hay quienes ya están viendo esto como una pelea entre ornitólogos colombianos, pero nada mas lejano a eso. Es la actitud de colonia con la que este pulpo de PROAVE$ viene a sembrar sus prácticas non-sanctas. Felicitaciones Daniel y los demás valientes, ojalá muchos tuviéramos un poco de la gallardía, valentía y honestidad que ustedes han tenido.

No te preocupes. Más fácil cae un mentiroso que un cojo.

Paul David A. Gutierrez-Cárdenas dijo...

Aunque no soy de la comunidad de ornitólogos, sino de herpetólogos, este caso de la Grallaria es muy preocupante para el gremio ornitológico y en general los biólogos de Colombia. ESte caso ha sido el más sonado, pero ya son variadas las irregularidades que el consorcio económico de Proaves ha cometido. Uno de las más conocidas es el de esclavistas de estudiantes. Los trabajos que hacen los estudiantes en trabajo de grado son para hacer el trabajo del investigador del macroproyecto de Proaves, pero no son una investigación seria de trabajo de grado. Es hora que los ornitólogos Colombianos agremiados en la ACO y en la RNOA y otras ONGs, vean como bloquear, vetar a ProAves, antes de que siga aprovechándose de su poder económico para impedir el trabajo de los demás. Ahora, ellos no contentos con joderle la vida a los ornitólogos, van a empezar a meterse con los herpetólogos. Una forma, es que los estudiantes tesistas no acepten nunca trabajar con ellos, así ya haya una financiación.

Anónimo dijo...

Ojala alguna persona ayudara a entender la extraña actitud que ha tenido la Fundación ante el veredicto emitido por la Corporación Autónoma CORPOURABA
1.Se hace sanción a las dos partes que Corpouraba cree como culpable: Fundación Proaves y Diego Carantón, en donde cada uno deberá pagar la mitad de la sanción....Luego tal ves por alguna jugada legal la Fundación decide pagar todo (citando comunicado de proaves Sin embargo y debido a que ProAves era responsable por el permiso del titular, recibió una multa por más de $20 millones de pesos impuesta por CORPOURABÁ como consecuencia de las acciones del Sr. Carantón. ProAves cooperó plenamente con CORPOURABÁ en esta investigación, sin embargo, la fundación es solidariamente responsable por la multa, ya que en el momento era el empleador del Sr. Carantón. Esto constituye una de las multas más graves para las actividades de colecta ilegal de aves en la historia de Colombia, destacando la gravedad de las circunstancias que amenazan a (Grallaria fenwickorum) catalogado en Peligro Crítico de Extinción.

"Este es un importante revés para ProAves, que ahora debe dirigir los fondos tan necesarios para la conservación de esta especie en pagar la multa", dijo Lina Daza, Directora Ejecutiva de ProAves.) ......y lo que aun no han mostrado a la luz publica es su forma de pago de esta multa....que contradice totalmente su cara de victima....pues ellos han propuesto pagar la multa no en dinero sino en acciones de conservación (acciones que segun sus objetivos de fundación deben ser cumplidos en las zonas en donde trabajan....entonces tal como dice la resolución de Corpouraba tanto Proaves como Diego pueden pagar la multa Asi: "actividades de protección, Conservación y Educación ambiental en sitios de interés público o áreas de conservación donde se presente la especie Grallaria sp".....asi al pie de la letra lo ha asumido Proaves presentando ante CORPOURABA un detallado presupuesto que incluye actividades que están contempladas dentro de sus acciones comunes en sus reservas http://www.proaves.org/rubrique.php?id_rubrique=58 (adecuación de senderos, pago a guardabosque, actividades de educación ambiental en la zona etc) que suman los mas de 20 millones de la multa = +- presupuesto año 2011 Reserva Natural de las Aves el Colibri del Sol. Entonces este golpe de pecho de sanción es solo una pantalla mas de victima y asi como lo dice Lina Daza "Este es un importante revés" pero creo yo...de información, que nos muestra una falta de sinceridad ante el publico, ya que lo que tenia que invertir normalmente en su zona de reserva, lo seguirá invirtiendo pero poniendo su mejor cara de victima.
Cosa diferente si a Diego Carantón tiene que asumir la sanción....me imagino que el si tendrá que invertir de su bolsillo (profesional con pago básico y necesidades normales de todo Colombiano)sin ningún donante que le pague los mas de 10 millones.

Aun son muchos los vacíos de esta resolución de CORPOURABA y habrá que ver como algún buen abogado se solidariza y ayuda a esta parte de la historia a esclarecer todo.

Ornitologos y pajareros colombianos dijo...

Comunicado de los ornitólogos colombianos, respaldando la posición de los profesores Daniel Cadena y Gary Stiles frente a este caso, y uniéndose contra las difamaciones de ProAves y sus aliados estratégicos.

"1. La RNOA apoya de manera irrestricta la posición de la Asociación Colombiana de Ornitología – ACO (uno de sus miembros) – con respecto a la nominación de Grallaria urraoensis, publicada en el editorial correspondiente al número 9 de su revista electrónica Ornitología Colombiana


"2. La RNOA no apoya acciones ilegales, ni acciones que atenten contra la ética de la investigación ornitológica, o contra la dignidad y buen nombre de las personas y sus derechos. Por esta razón, no apoya el comportamiento antiético de la Fundación ProAves, una institución que ha sido cuestionada en oportunidades anteriores por los procedimientos a los que recurre para lograr sus resultados y que en este caso ha querido distorsionar la situación señalando al biólogo Diego Carantón, un joven ornitólogo que tenía todo el derecho a publicar el hallazgo de una nueva especie descubierta por él. Recordamos a toda la comunidad que los derechos morales son: irrenunciables, inalienables, imprescriptibles e inembargables; principios que ha violado flagrantemente la organización ProAves en esta situación."

Texto completo aquí.

Esteban D dijo...

Creo que en nuestra sociedad colombiana hace mucha falta la honestidad y no la ijusticia y la ambicion que tienen muchas de las entidades mas reconocidas, que nosotros como ciudadanos debieramos hacer respetar. " muchos grandes quieren robar las ideas de los menores, es como un esclavismo"
Ellos solo quieren quitar los sueños de otros y lo que les pertenece, solo quierren verse bien, buenos y justos (victimas) ante la sociedad queriendo siempre ser mejores economicamente.

Por favor!!! dejen que los biologos, ornitologos, etc. hagan su trabajo dignamente, no le quiten sus ideas, no entiendo por que. Creia que PROAVES era serio, pero no, fue un fraude.

En cuanto al nombre, no se porque causa quieren quitar el nombre que es el que quizo su descubridor Grallaria urraoensis, que representa a mucho honor a mi municipio URRAO. Apoyo a Diego por su dedicacion, y se que es muy bueno descubrir algo, que luche por lo que es, que siga asi, con la frente en alto.
ACABEMOS CON LAS GANAS ECONOMICAS QUE TIENEN LOCAS A LAS ENTIDADES, QUE QUIEREN EXPLOTAR LOS RECURSOS NATURALES Y A SUS MISMOS EMPLEADOS.

Anónimo dijo...

Ha aparecido en la red un comunicado de Diego Carantón en el que da su versión de la historia y divulga una carta con la posición del editor de The Condor: http://bit.ly/ha7i32