miércoles, 29 de junio de 2011

#evol11



Como lo hice para el congreso del año pasado, acá va mi resumen de Evolution 2011, reunión organizada esta vez por la Universidad de Oklahoma. Con ocho sesiones simultáneas y con la revolución genómica, de las técnicas de secuenciación de nueva generación y los nuevos análisis computacionales aplicados a todo tipo de preguntas evolutivas, el congreso resulta abrumador, pero siempre hay mucho que aprender.

Empecemos con las conferencias de los presidentes de las tres sociedades organizadoras del congreso. Primero habló Keith Crandall, presidente de la Society of Systematic Biologists. Su conferencia prometía mucho por el título (The Next Generation of Systematic Biology), pero fue una decepción. Debo decir que me aburrí de ver árboles filogenéticos de crustáceos (minutos después de que Crandall dijo que no aburriría a la audiencia mostrando árboles de crustáceos) y terminé saliéndome, pero lo que alcancé a ver difícilmente clasificaría como la nueva generación de la biología sistemática. Sí, muchos datos generados usando técnicas relativamente novedosas (que ya no lo son tanto, tal vez lo eran hace un año), pero en términos de análisis y perspectivas, como más de lo mismo. Me dicen que después de que me fui la conferencia continuó cuesta abajo, llegando al clímax cuando Crandall mostró un análisis de clados anidados (¿¿la nueva generación?? - otros no opinan lo mismo), y luego cuando habló de su abuelita y de sus ancestros cherokee con el ojo aguado. No más comentarios.

La siguiente charla magistral fue la del siempre entretenido Jerry Coyne, presidente de la Society for the Study of Evolution. La charla de Coyne fue exactamente la misma que dictó hace unos meses acá en la Universidad de los Andes, pero no me arrepentí de verla una vez más. Coyne contó la historia de sus estudios sobre especiación en las Drosophila de la isla de Sao Thomé, en parte de los cuales ha participado su estudiante colombiano Daniel Matute. Aparte de todo lo que Coyne y sus colegas han aprendido sobre el origen de nuevas especies con base en este sistema (y lo que no han aprendido - recomiendo mucho este artículo sobre una zona de hibridación absolutamente loca que existe en la isla), puntos claves de la charla fueron su aseveración de que el concepto biológico de especie es el correcto (Coyne comentó sobre esto en su página web después) y su postulado dogmático de que el ADN mitocondrial no se debe usar nunca para reconstruir filogenias porque es susceptible de mostrar relaciones incorrectas debido a la hibridación entre especies. Lo primero parecía más una forma graciosa de vender su punto de vista, pero lo segundo me pareció bastante radical, tal vez porque yo aún veo valor en las filogenias basadas en secuencias de genes mitocondriales en muchos casos (debe ser que estoy en la generación pasada de la sistemática). Igual, la charla bien divertida (con "travelogue" de Sao Thomé incluido) y la ciencia muy interesante. La conferencia de Coyne está disponible en vídeo en la red acá.

Finalmente, le tocó el turno a Bob Ricklefs, presidente de la American Society of Naturalists. Bob, quien fue uno de mis asesores de posgrado y es uno de los científicos a quien más admiro, es evidentemente una estrella en la escena de la ecología evolutiva. El título de su charla fue My Life as a Naturalist. En la conferencia él mostró cómo las observaciones sobre la naturaleza pueden llevar mediante inducción a plantear hipótesis generales de cómo funciona el mundo natural, usando como ejemplo la hipótesis del ciclo de los taxones (la idea de que las distribuciones de las especies pasan por fases de expansión y contracción hasta extinguirse o volverse a expandir), originalmente propuesta por E. O. Wilson y defendida por el propio Ricklefs, a pesar de algunas controversias, a lo largo de varios años en sus trabajos sobre las aves de las antillas. El homenaje a Wilson llegó en una época en que este personaje no parece ser muy popular entre varios biólogos evolutivos. A continuación, Ricklefs abogó por ponerle un poco de historia natural a la controvertida teoría neutral de biodiversidad y biogeografía de Steve Hubbell y concluyó que aunque ésta puede explicar algunos patrones de la naturaleza cuando se especifican algunos parámetros para las ecuaciones que usa, los valores de esos parámetros muy frecuentemente carecen de sentido a la luz de la historia natural de las especies. En el blog de Coyne (digo, en su página web), hay más información sobre los argumentos de Ricklefs, quien concluyó que la teoría neutral ya cumplió 10 años y que en 10 años más estará esencialmente muerta, como otras grandes ideas que han tenido ciclos de vida de cerca de dos décadas (pero hay que ver esto). Luego vino su acostumbrada crítica a la idea de que el determinismo local explica patrones ecológicos (que incluye su propuesta de abolir por completo el concepto de comunidad en ecología) y su ya conocido as bajo la manga (e.g. ver acá) de proponer que más que las interacciones entre especies que compiten por recursos localmente, la dinámica de las distribuciones geográficas de las especies estaría determinada por interacciones con organismos antagonistas, como los patógenos, que pueden afectar de formas muy distintas a especies cercanamente emparentadas. Un par de días antes, al calor de unas cervezas, yo le pregunté a Ricklefs si esa hipótesis era efectivamente falseable; creo que contestó que no, o que era muy difícil hacerlo, pero que le resultaba muy plausible. El remate de la conferencia se me pareció mucho al mensaje de un artículo de Douglas Futuyma que siempre le recomiendo a mis estudiantes - debemos estar orgullos de decir que nuestra profesión es ser naturalistas. En una conversación de pasillo sobre el congreso, Bob me dijo que estaba perplejo de ver muchas charlas en las que la gente generaba una montaña de datos genéticos o usaba el método más complicado de análisis comparativo simplemente porque podía y no porque esos datos o métodos fueran los más adecuados para contestar su pregunta de investigación. Estuve de acuerdo, o al menos estarlo fue una manera de zafarme del problema de no haber entendido muchas de las cosas de las cuales la gente habló.

Bueno, esta entrada se hizo ya muy larga así que voy a dejarla así por hoy. Pronto escribiré algo más sobre un par de conferencias que me llamaron especialmente la atención y sobre la participación colombiana en el congreso, que sigue en aumento e impresiona cada vez más. Stay tuned.

Ah, y para salir de esto de una vez, sobre Norman, bueno, esta foto de Felipe Zapata lo dice todo. Yo me quedo con Maturín, o con Pailitas. @cdanielcadena #evol11

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